Del libro Cristianos y Musulmanes en Castilla y León. de Jesús Brun |
Edita: Junta de Castilla y León consejería de Educación y Cultura |
Deposito Legal: VA-75/1.998 |
Hipótesis sobre la batalla de la Morcuera, que según Roberto Fernández Ruiz, se realizo en Tedeja. La Morcuera. Empezando por el final sabemos que fue una gran derrota para los ejércitos cristianos, mandados por don Rodrigo, cuñado de Ordoño I y primer Conde de Castilla. Donde existe la controversia es en el lugar de ocurrencia, en el año y en el jefe musulmán. Claudio Sánchez Albornoz la sitúa en Cellorigo, dando datos concretos en cuanto a los fuertes que fueron destruidos, etc. Pero dejémosle que nos lo cuente él: |
||
...He aquí a aquellos resistiendo una de esas terribles embestidas ya sus fortalezas sacudidas por el huracán de la razzia. De la geografía de la razzia -la restauró tras haber recorrido el país deduzco que los musulmanes pensaron conquistar la plaza de Amaya, recién repoblada por el conde Rodrigo, emparentado con el rey Ordoño I de Asturias, En el desfiladero de la Morcuera, cerca de Miranda de Ebro, trató, el magnate citado, de cortar el paso a los muslimes hacia Rioja. El relato de la crónica arábiga refleja bien la topografía de la entrada por Bugedo, de la hoz citada -la he comprobado personalmente-, donde los castellanos fueron vencidos, A continuación, tras este preámbulo, detalla la versión musulmana, sacada como señala, del Bayan al-Mugrib de Ben Idhari (según versión francesa de Fagnan, II, 160), y que dice así: En 251 (2 de febrero 865), se hizo una nueva campaña contra Álava. He aquí el relato de la derrota del Markawiz, ¡Alá le confunda! Abd al-Rahman ben Muhamad comenzó por avanzar hasta el Duero, donde organizó las tropas que vinieron a unírsele desde todas partes; de allí llevó su campo al desfiladero de (Río) Paradiso, se apoderó de los cuatro fuertes que le defendían, tomó cuanto contenían y los arrasó; después marchó de una parte a otra en todas direcciones, no dejó en pie ninguna localidad ni habitación alguna, lo destruyó y lo quemó todo, Gracias a este método (de arrasamiento intensivo) sistemáticamente seguido, no permaneció intacto uno solo de los castillos pertenecientes a Rodrigo, príncipe de Al-Quila (los castillos o Castilla); a Ordoño, príncipe de Tuqa (Oca),. a Gundisalvo, príncipe de Burcha (¿Burgos?), y a Gómez, príncipe de Mesaneka (¿?). Abdal-Rahman se dirigió en seguida contra AI-Mallaha (Salinas de Añana), que era uno de los más grandes distritos que dependían de Rodrigo; arrasó todos los a rededores e hizo desaparecer todas las huellas (de la capital). Después de obtener tales éxitos pensó en salir (del país) por el desfiladero de AI-Markawiz (La Morcuera). Se había apartado (de AI-Mallaha)) para acampar, cuando Rodrigo, avanzando a la cabeza de sus tropas y de las levas que había reunido, instaló su campo cerca del foso vecino de Markawiz, foso Cuyos accesos, desde hacía años, se había cuidado de hacer más difíciles mediante trabajos ejecutados por medio de corveas; separado de la montaña y provisto de un talud, era infranqueable. Abd al-Rahman instaló su campo sobre el Ebro .y el general Abd al-Malik situó sus tropas en orlen de batalla, mientras que los cristianos tomaban igualmente sus disposiciones y colocaban tropas en amboscada en los dos flancos del desfiladero. Los musulmanes atacaron a los cristianos de frente y comenzó un combate encarnizado; pero los nuestros se batieron de tal suerte que sus enemigos, descubriendo el foso, se retiraron sobre una colina vecina. Entonces Abd al-Rahman hizo instalar su tienda y dio órdenes a los soldados de ha er otro tanto y de establecer campamento. Después los nuestros volvieron a atacar vigorosamente a los cristianos. Ala les golpeó en el rostro y nos entregó sus espaldas de modo que se hizo de ellos una horrible matanza y que gran cantidad de prisioneros quedaron en nuestras manos. El resto huyó, sin detenerse, hacia la región de AI-Harum (Haro) y debió arrojarse al Ebro sin poder encontrar un paso vadeable, por la que muchos se ahogaron. La matanza duró desde la aurora del jueves 12 Rachab (9 de agosto 865) hasta el mediodía, y nuestra tropas, gracias a la ayuda divina, salieron sanas y salvas del combate. Después de comenzada la matanza, algunas bandas lograron refugiarse en lugares abruptos y en las espesuras; pero no escaparon tampoco a la persecución y la muerte. El foso fte destruido y llenado, de suerte que los musulmanes pudieron atravesarlo sin peligro y cómodamente. Alá concedió a los musulmanes un insigne favor al permitirles obtener esta brillante e importante victoria,. ¡alabado sea el Señor de los mundos! Después de la batalla se reunieron veinte mil cuatrocientas setenta y dos cabezas. Bien, esta es la opinión de Claudio Sánchez Albornoz. Sorprende que no identifique Mesaneka con Mesanikos, el actual Mijangos del que ya hemos hablado, situado a cuatro kilómetros del desfiladero de La Horadada, en el norte de Burgos. Pero vayamos a otro autor. Luis Suárez Fernández, mucho más escueto, dice: El 863, otro fuerte ejército, mandado por un hijo de Muhamad, llamado Abd al-Rahman -en realidad la responsabilidad de las operaciones recaía sobre un famoso general, Abd al-Malik ben Abbas penetró en Castilla, remontando el curso del Ebro. Su misión era abrir camino. Las fortalezas que Ordoño I mandara construir para cerrar el paso de Pancorbo saltaron, y los invasores atravesaron el desfiladero. Luis García de Valdeavellano señala: Las aceifas contra los Cristianos del Norte comenzaron de nuevo, y un gran ejército, al mando del príncipe Abd al-Rahman -hijo de Muhamad y de Abd al-Mcalik ben Abbas, penetró en Álava, y cuando devastaba el país. Ordoño intentó cortarle el paso -no es posible asegurar si en el desfiladero de Pancorbo, o en la Hoz de Morcuera, en el estrecho valle donde nace el Ega -y fue derrotado. Más extenso que los anteriores, Fray Justo Pérez de Urbel narra lo siguiente: Veinte mil jinetes y un número correspondiente de hombres a pie componen el ejército reclutado en todos los distritos de Andalucía. Abd al-Rahman, que los manda, concentra sus fuerzas junto al Duero, dirígese luego hacia el desfiladero de Ferdish, probablemente Fredas, como entonces se llamaba Frías, llega hasta su cima y destruye cuatro fortines que había en ella. Recorre luego la región, dice Ibn Idhari, destruyendo los castillos de Rodrigo, conde de Castilla y príncipe de los fuertes de Álava, y de Fernando (?), príncipe de Toca, tal vez Valdelateja, y de Gundisalvo, príncipe de Bordjia, probablemente el Burgos futuro, entonces simple estación militar, y de Gómez, príncipe de Mesánica, hoy Mijangos, lugar fuerte cerca de Frías, al Norte. Llegando después a uno de los mejores distritos de Rodrigo, a Al-Mellaha, nombre árabe que significa sal o salina, y que aquí, por el desenvolvimiento de la campaña, debe de indicar Salinas de Añana, más que Poza de la Sal salas de Bureba, 1a arrasa y saquea. No pudiendo hacer frente a un ejército tan poderoso, Rodrigo, abandonado a sus propias fuerzas, ensaya nuevamente la maniobra de dos años antes, aunque un poco más a1 Norte, aprovechando lo accidentado del terreno. Abd a1-Rabman vuelve cargado de botín, cuando se encuentra con los guerreros cristianos al entrar en la llanura de Miranda por 1a hoz o desfiladero de la Morcuera, que habían sido fortificados en años anteriores, Allí, al la vista del río Ebro, y bajo el fuego del sol de agosto, hubo un choque que duró dos días y que terminó en una tremenda derrota para los cristianos. Veinte mil de ellos murieron, unos ahogados en el río, otros pasados por el filo de la espada, según el cómputo, sin duda exagerado, de las historias musulmanas. Lévi Provençal nos dice: La aceifa de 865 (251) no fue menos provechosa para las armas islámicas. Esta vez fue el príncipe heredero Al-Mundhir quien ejerció el mando. La columna omeya tomó primero por el valle del Duero y avanzando luego más al Norte salió por los Montes de Oca a la orilla derecha del Ebro. Comenzó por asegurarse la posesión de los castillos vecinos al paso de Prádanos, muy cerca de la actual Briviesca, y desde allí sembró la desolación, arrasando todas las granjas de la comarca en un radio bastante amplio. La Bureba, feudo del conde castellano Rodrigo, fue pasada a sangre y fuego. Al disponerse a volver a territorio musulmán advirtió Al-Mundhir que el paso que debía utilizar la Foz de Malacuera en los montes Obarenes, había sido cortado mediante un foso profundo por el conde Rodrigo, En vista de eso llevó sus reales a orillas del Ebro, prefiriendo medir sus armas con los cristianos en campo raso. La batalla, que no tardó en entablarse, fue desastrosa para los partidarios de Ordoño I, de los cuales cayeron muchos. Los supervivientes fueron perseguidos y buen número de ellos se ahogó en el río. Después de esta victoria, que tuvo lugar el 9 de agosto de 865 (12 rachab 251), AI-Mundhir tuvo el camino franco y emprendió el regreso a Córdoba. Como podemos comprobar existen una serie de diferencias entre todos ellos, historiadores de primerísima fila, que van desde la fecha (863 u 865) hasta el lugar, pasando por el cabecilla musulmán. Claudio Sánchez Albornoz identifica Bardish, como figura en Al-Bayanni, con Paradiso o río Paradiso. No parece ser posible porque no se habla de río, salvo del Ebro, cuya terminología en árabe es inconfundible, sino de desfiladero; por contra Lévi-Provençal lo identifica con Prádanos, en plena Bureba, a unos siete kilómetros de Briviesca, a donde llegan tras atravesar los Montes de Oca. Todos ellos, a excepción de este último, colocan al frente de las tropas caldeas a uno de los hijos de Muhamad llamado Abd al-Rahman. Lévi-Provençal nombra a Al-Mundhir, otro de los hijos del emir. En cuanto al lugar, Sánchez Albornoz lo sitúa, enfáticamente, en La Morcuera, junto a Cellorigo. Según él los musulmanes atacaron Río Paradiso destruyendo cuatro fuertes y continuando hacia Salinas de Añana, junto al valle de Tobalina, yendo Rodrigo a detenerles a la salida de este valle, cuando regresaban a Córdoba, lo que indica que tenían intención de coger la calzada del Ebro. Esto señala que no remontaban el curso del río, como dicen Suárez y Valdeavellano, sino que lo bajaban. Como inconvenientes a esta postura digamos, en primer lugar, que el Ebro está a más de seis kilómetros del desfiladero de La Morcuera; sería difícil que gran número de cristianos murieran en el río a tanta distancia. En segundo lugar los fuertes que detalla como atacados, Mesaneka, Burcha, Tuqa y, de manera más generalizada, Al-Quilé o Castilla, no los sitúa con exactitud, sino de forma superficial, centrándose en Cellorigo. Por último Río Paradiso no es identificable con ningún río de la comarca. Fray Justo Pérez de Urbel nos habla, identificando a Mesanika con Mijangos, del desfiladero de Ferdish o Frías, con lo cual ya tenemos identificado dos fuertes muy próximos entre sí, unos quince kilómetros. En cambio no parece lógico pensar en ubicar a Burdjia en Burgos, a ochenta kilómetros. El castillo que todos señalan como Tuqa y que identifican como Auca o Valdelateja, bien puede ser el de Tobera, a dos kilómetros de Frías. En cuanto al de Burdjia o Burcha, que identifican con Burgos, puede ser el de Barcina de los Montes, también en esta zona. Por último nos quedaría Al-Mallaha. Al-Bayanny la llama así porque significa «la salina». Entre Prádanos y Mijangos se hallan Poza de la Sal, cuyas salinas se explotaban desde la época romana, y Salas de Bureba. Según explica con fundamento Roberto Fernández Ruiz, de Trespaderne, la batalla de La Morcuera no ocurrió en tal desfiladero, llamado por los cronistas musulmanes como Al-Markawiz. Su opinión, interesante, documentada por un absoluto conocimiento de la región, es la siguiente: E1 ejército musulmán acampó junto al Duero, donde se le unieron tropas de diversos lugares. Avanzando las huestes musulmanas por La Rioja se les unieron posiblemente los Banu-Qasi de Tudela; no olvidemos que en el 860 éstos ayudaron a Muhamad en una aceifa contra García Iñiguez en Pamplona y que un hijo de éste, llamado Fortún el tuerto por estar contrahecho, estaba en Córdoba preso. Desde La Rioja había una calzada romana -utilizada comúnmente por todos para sus desplazamientos que llevaba hasta Poza de la Sal, en el norte de Burgos. Antes de llegar y en plena Bureba, había una desviación que conducía hacia el Portillo de Busto; desde allí continuaba por las actuales poblaciones de La Aldea, Ranera, Tobera y Frías, donde acamparon, según Pérez de Urbel, que identifica Feh-Berdhiz con Fredas o Frías. En esta población hay un vado por el que se cruzaba perfectamente el Ebro. Antes de continuar con el recorrido del ejército musulmán, señalaremos los castillos que han ido asolando. En primer lugar está el de Petralata, en pleno Portillo de Busto y cerca de la población de Barcina de los Montes, de donde tomaron el nombre: Brichia. En Barcina han aparecido estelas romanas votivas dedicadas al dios Vorovia, de donde procede Bureba. Siguiendo la calzada romana y entre Ranera y Tobera, hay un desfiladero, corto y agreste, idóneo para que existiera otro castillo, torre o fortaleza defensiva, que podríamos llamar como la población vecina: Toca, por Tobera. A tres kilómetros está Frías. El actual castillo está situado sobre un otero y es bastante posterior a la época de la que hablamos. Una vez descansadas las tropas, asolan el valle de Tobalina en su camino por la calzada, en dirección a Herrán por un maravilloso desfiladero conocido actualmente como el desfiladero del río Purón o Fuentes de Herrán. Se llega a Bóveda de la Ribera y se entra en el valle de Losa, donde se encuentra Fresno de Reanta, señalado por Juan de Valpuesta como objeto de presura en su ocupación de Valpuesta en el año 804. A continuación está San Martín de Losa, antiguamente conocido como San Martín de Flavio, donde había un monasterio. En el año 853, doce años antes de esta aceifa, Claudio Sánchez Albornoz indica que en esta población había quince parejas de bueyes, sesenta vacas, veinte caballos, cincuenta yeguas, doce mulas y dos asnos. Lo cual nos da una idea del tamaño de aquel asentamiento. Tras San Martín, girando hacia el oeste por la calzada del valle de Losa, se encuentra Quincoces de Yuso; en el centro del valle hay una salida hacia el sur teniendo que pasar por Salinas de Rosío. Ya hemos comentado que Al-Mellaha tiene en árabe el significado de salinas. En este pueblo burgalés se han estado explotando las salinas hasta hace unos pocos años aprovechando el río Salón, que desemboca en el Trueba muy cerca ya de Medina de Pomar. Una vez en esta ciudad bajan por ambas márgenes del río Nela, en pleno valle de Tobalina de nuevo. Los historiadores señalan que en su camino, el ejército sarraceno «asoló lo que había en sus alrededores, arruinó sus conventos y luego continuó adelante». Además del mencionado monasterio de San Martín de Flavio había en Losa numerosas villas romanas, muchas de ellas aprovechadas por los repobladores. En Mijangos, la Mesanika de la que hablan los cronistas árabes y cristianos, estaba la iglesia visigoda de Santa María, junto a la orilla derecha del Nela, y era una de las poblaciones más importantes de la región; a poco menos de una legua, aguas abajo de este río, se hallaba la iglesia de Santa María de los Reyes Godos, en Trespaderne; poco después de la desembocadura del Nela en el Ebro y cerca de éste estaba el monasterio benedictino de San Juan de Foz, con una iglesia visigoda. Algo más alejado se encuentra la ermita de San Fermín, en Tartalés de Cilla. En todos estos pueblos los asentamientos son anteriores a la época romana. El ejército musulmán avanza, como decimos, por el valle de Tobalina hacia el sureste, siguiendo el curso del Nela con sus numerosas hoces o meandros y al que dejan en el centro de las tropas. Cuando llegan a la desembocadura del Nela en el Ebro se encuentran con el castillo de Tedeja y la garganta de Peña Horadada, a la que llaman Feh al-Caguix. El conde Rodrigo les esperaba en el primer pico de la garganta, en la zona denominada Peña Partida, en el interior del desfiladero, por lo que las huestes musulmanas acamparon a la orilla izquierda del Nela, en la cara norte del Pico de la Cuesta. Así entre ambos ejércitos estaba un foso natural formado por este Pico y el curso del Nela con sus pozos como Regoyo y Rele. Según los cronistas «...y Ruderic había procurado hacerlo inaccesible durante años habiendo cortado en la parte superior del monte y levantado su borde y cortado la senda que a él conducía». Esta descripción coincide exactamente con lo que hoy se conoce como Peña Cortada, donde quedan restos de muros de época yisigoda hechos expresamente para aterrazar el suelo, puesto que las paredes naturales alcanzan más de treinta metros de altura. Entre esta atalaya natural y el castillo de Tedeja, situados en la misma línea, no hay más de cien metros, formando entre ambos una fortaleza que las recientes excavaciones calculan en más de doce mil metros cuadrados, lo que da una clara idea del tamaño de la guarnición para aquellos tiempos. Esta fortaleza está edificada sobre una antigua torre romana empleada para la defensa contra los cántabros, y permaneció habitada hasta muy entrada la Baja Edad Media, siendo, probablemente, la más importante de la zona, tanto por su tamaño como por su posición estratégica. Esto nos hace pensar que bien pudiera ser la sede de Rodrigo. Una vez terminada la batalla, continúa el cronista «... continuaron en la fuga hasta la comarca de Al-Ahzon y se detuvieron en el río Ebro», Desde Peña Cortada y penetrando en el desfiladero, nos encontramos a tres kilómetros con un vallejo llamado Arcenite (Al-Ahzon), incluso en los actuales mapas del Instituto Geográfico, donde se encontraba el antiguo despoblado de Susenes. Por supuesto que para llegar hasta esta zona hay que bordear durante todo el camino el río Ebro con aguas frías y profundas, incluso en verano, con una espesa vegetación en sus orillas que le dan un aspecto pantanoso. Todos estos datos, perfectamente comprobables sobre el terreno, nos dan una idea más natural y consecuente con el desarrollo de esta aceifa. Los caminos que siguieron correspondiendo con las calzadas romanas...; los nombres y situación de los castillos...; la descripción y el lugar de la batalla... Considero que el error de los historiadores radica en la ubicación de Al-Mellaha en Salinas de Añana en lugar de Salinas de Rosío. Este error es fácilmente comprensible porque actualmente el primero es bastante más grande y conocido que el segundo. Pero en aquella época Losa tenía más imporrancia demográfica que Valdegovía, donde se encuentra Salinas de Añana. De todas formas esta importante derrota no supuso ningún grave quebranto para Ordoño. Al año siguiente otra aceifa atacó de nuevo Castilla, llegando hasta la ciudad de Mano, según los cronistas árabes, que sería el valle de Mena. El resultado no fue muy brillante, puesto que los narradores musulmanes dicen que volvieron sus tropas sin sufrir pérdidas. Es de prever que los cristianos reconstruyeran y fortalecieran con gran rapidez los castillos afectados por la aceifa del año anterior. El año siguiente vuelven los musulmanes, por tercer año consecutivo, hacia Castilla. Al frente de sus tropas va otro de los hijos de Muhamad, en esta ocasión Al-Hakam. Atacan Djernik, el Erenchun que ya conocían situado al norte de los montes de Iturrieta, al este de Vitoria; atraviesan el valle de Mena una vez más, Espinosa de los Monteros, Bricia, y se dirigen hasta Fontibre y Reinosa. las dificultades de esta aceifa, con caminos infranqueables y enemigos aguerridos, duros y montaraces, hacen que los caldeos se retiren sin combates ni asaltos, salvo el va dicho. Tal vez también en su decisión influyera la noticia de la rebelión de Ibn Marwan al Djilliqui (el gallego) en la frontera inferior (Extremadura) y la intranquilidad de los Banu Muza en Zaragoza. Ordoño I fallece de gota (podagra, señala la Albeldense) en el año 866, tras un corto pero brillante reinado en el que ha perdido varias batallas, como hemos visto, pero ha conseguido dar el primer paso importante iniciando la repoblación de una línea que va desde Tuy hasta la Rioja, pasando por Astorga y Amaya Patricia. Esta labor fue necesaria para que su hijo Alfonso, de largo dominio, continúe su labor de manera tan similar que ambos parecen un solo reinado. Estuvo casado con Nunia, de quien tuvo a su sucesor, Alfonso, que se casará con Jimena de Navarra; a Leodegundia, que lo hará con García Íñiguez, quizá hermano de Jimena, ya otros cuatro hijos más, Vermudo, Nuño, Odoario y Fruela. |