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1 de Julio de 1990

ALFOZ

DIARIO 16 Burgos 

Cuesta-Urria, Trespaderne y Valle de Tobalina

Pilar Rojo/ Ignacio Ruiz Vélez

Las tres circunscripciones forman .parte del sector sur-oriental del gran sinclinal central, eje geográfico del norte de la provincia, recorrido sucesivamente por el río Nela, en .su curso bajo, y por el Ebro. Es un valle que se estrecha hasta Tobalinilla donde cierra en estrecho cañón de altos acantilados que se reflejan en las tranquilas aguas del pantano de Sobrón, El espectáculo es digno de ver. Al estar flanqueado al norte y al sur por montañas, los ríos secundarios han dejado estrechas gargantas de no menor impresión como el Jerea desde Criales que en Pedrosa de Tobalina rompe en singular cascada cuando en primavera el cauce está al máximo, o el Turón en Herrán, o el Ranera que nace en los Obarenes.

En estos rincones la belleza del paisaje se conjuga armoniosamente con el legado del hombre del que han quedado restos en arquitectura. El desfiladero de la Horadada es mudo testigo de una historia rica en acontecimientos que en los comienzos de la Edad Media aún permanecen en la nebulosa de lo desconocido. Por el valle de grandes meandros trasmitiendo su tranquilidad al entorno que se rompe con aquellos elementos incorporados por lo urbano y el desarrollo. Al sur del valle aparecen algunos afloramientos de toba que han generado pequeños tesos, uno de los cuales sirve de asentamiento a Frías. Todo el coniunto está formado por cinco ayuntamientos: Nofuentes, Trespaderne, Quintana Martín-Galíndez, Frías y el Partido de la Sierra de Tobalina con sede en Valderrama.

LOS ANTIGUOS POBLADORES. Aunque los restos más antiguos no se remontan al Paleolítico, algunos hallazgos como los de la Peña de Buitre en Trespaderne pueden trasladamos al Neolítico; o los dólmenes de Zangandez y La Molina (desaparecidos).

La época romana está más representada con estelas funerarias en Bascuñuelos, Quintanaseca, Ranera y Tobalinilla. y Cadiñanos hace pasar una vía romana por todo el valle con un ramal que por

 Herrán llegaba a las salinas de Salinas de Añana. Otro ramal iría por el portillo del Busto hasta Briviesca, por Ranera. Pero son los restos visigodos los que dan mayor entidad a estas tierras. De Mijangos, de los restos de una iglesia con contra-ábside al oeste, procede una lápida en la que se dice que bajo el reinado de Recaredo, el obispo Asterio consagra la iglesia de Santa María. Era muy a finales del siglo VI. En Tartalés de Cilla la iglesia de San Fermín, desaparecida, pudo ser de esta época, Muy cerca de la localidad hay un término en el que hubo una ermita dedicada a Ntra. Sra. de los Reyes Godos (Argaiz). Las excavaciones. decía Cillaperlata, también han demostrado la presencia visigoda en estas tierras. posteriormente ya no se recupera el pulso de la historia hasta mediados del siglo IX cuando se fundan los monasterios de Pontacre, Herrán, Dondisla y Orbañanos; pero ya es la Edad  Media.

FRIAS. La fuerte impresión que causa al viajero que por primera vez se acerca a ella, se debe fundamentalmente a su .emplazamiento sobre un cerro plano llamado «La Muela» del que emergen como dos centinelas protegiendo el caserío. la torre del castillo y la iglesia de San Vicente.

Estas pequeñas muelas formadas por depósitos de toba, suelen ser de poca altura pero de fuertes desniveles, lo que les convierte en lugares estratégicos de primer orden. Este es el caso de Frías. Estos emplazamientos con sus murallas y castillos sirvieron para defender las Merindades por el flanco sur y sureste (no olvidemos que el reino de Navarra llegó en algunas ocasiones hasta la Bureba). Hoy, la, parte alta de Frías conserva perfectamente sus antiguas características. Frente a ella nos encontramos en plena Edad Media. Las características especiales de su emplazamiento hicieron que fueran apenas necesarias las defensas, aunque existió una muralla de la que quedan restos.

El castillo apareció citado por primera vez en 1.201 y sabemos que constaba de una torre del homenaje, un primer recinto amurallado con .foso y un segundo recinto que englobaba la iglesia de san Vicente. La airosa torre está levantada sobre un peñasco. Cadiñanos piensa que fue construida a finales del S. XII aunque pudiera haber existido alguna construcción anterior. Después ha tenido diversas reconstrucciones y arreglos hasta finales del gótico.

El Puente Mayor sobre el Ebro que facilita la comunicación con la Bureba y la Rioja, es de estilo gótico aunque existió otro anterior posiblemente románico y quizás sobre una base romana. En el centro, una torre almenada y con matacanes, sirvió para cobrar el pontazgo a los que utilizaban sus servicios.

La iglesia de San Vicente fue siempre la más importante de Frías. Su silueta se destaca frente a la del castillo en el perfil de la villa dándole un aspecto característico. Parece que la iglesia fue al principio totalmente románica pero con el tiempo ha sufrido modificaciones. Está construida sobre la roca y en varias ocasiones se han producido en ella grietas y hundimientos. En 1904 se desplomó la torre la que ocasionó el derrumbamiento de parte de las naves y de la extraordinaria puerta románica que hoy se encuentra en él Museo de los Claustros de Nueva York. Una iniciativa actual intenta conseguir una reproducción exacta de esta portada para colocarla en su sitio Original.

Poco se sabe de Frías hasta el S. XI pero se supone que fue poblada con anterioridad a esta fecha al igual que otros lugares, como Cillaperlata o Mijangos. Parece que fue entonces villa de realengo y que en el S. XII debió tener cierta importancia pues se le denomina «ciudad»;. En el XII, Alfonso VIII le concede el Fuero de Logroño, probablemente para atraer poblamiento con fines estratégicos y defensivos. A fines del XIV pasó a ser lugar de señorío, recayendo por fin a finales del XV en manos de los Velasco. Los Reyes Católicos crearon el ducado de Frías para don Bernardino de Velasco.

En 1728, Felipe V, enemigo de la familia Velasco, le quitó muchas jurisdicciones y rebajó la «ciudad» a la categoría de «villa».

Económicamente, a partir del XV, se convirtió en el núcleo principal de la artesanía textil de las Merindades que alcanzó su plenitud en el XVIII y comenzó a decaer en el XIX. En 1752 (según el Catastro del Marqués de la Ensenada) había en Frías 17 tejedores de lienzo y 72 perayres o pelayres dedicados a tejer la lana. Se producían sayales (paños de lana basta), bayetas, estameñas, alforjas, etc. en cantidad muy superior a la necesaria para el consumo propio, por lo que se llevaban a los mercados de Burgos y Bilbao. Lienzos para el consumo doméstico se han venido produciendo hasta fechas relativamente recientes. En la década de los 50 todavía trabajaban en Frías siete telares. Ahora ni en Frías ni en todas las Merindades queda un telar.

Perdida su tradición textil, Frías se ha incorporado, como todos los núcleos del norte, al fenómeno turístico. En las vegas situadas entre la villa y el Ebro se están construyendo grupos de «chalets» ocupados por la población veraneante. Por otra parte, junto a la agricultura tradicional, un grupo de jóvenes ha instalado invernaderos especializados en los cultivos de huerta, lo que ha contribuido también a alterar el carácter tradicional de la villa y su economía.

Un rasgo folclórico muy interesante es la romería de San, Juan G del Capitán, protagonizada por éste y cuatro danzantes. Merece la pena asistir pues junto con las romerías de las nieves, de Espinosa y San Bernabé en Sotoscueva, es una de las más pintorescas de las Merindades

La Merindad de Cuesta-Urría y Trespaderne

A las siete Merindades antiguas creadas por Fernán González se les añade pronto dos más, las de Sotoscueva y Cuesta-Urría formando todas ellas el Corregimiento de las Merindades de CastilIa la Vieja. A comienzos del siglo XVIII surgen discrepancias entre el Ayuntamiento General y la Merindad de Cuesta-Urría, ",o que ocasiona la separación de esta. La capital es Nofuentes cuyo nombre parece hacer alusión a nueve fuentes. Más adelante veremos cómo el número nueve está presente el la vida de estas gentes. Se sitúa el pueblo a orillas del Nela, en una feraz vega. Del casco antiguo se conserva el Ayuntamiento y alguna casa solariega, destacando una del siglo XVIII próxima al Ayuntamiento y muy bien restaurada.

Pero sin duda la construcción más importante es el convento de Santa Clara erigido el 1430 por los Velasco, que encierra hermosas obras. de arte. El origen del monasterio está relacionado con una leyenda en la que se cuenta que la Virgen se aparece a una joven de Villapanillo, casada en Nofuentes, que le recomienda levantar una ermita en su honor. Es la Virgen de Rivas, cuya imagen se encontró en el lugar de la ermita. Otra leyenda cuenta que aparecieron otras nueve imágenes de la Virgen que se repartieron por varios pueblos. La Virgen de Rivas es la patrona de toda la Merindad celebrándose una curiosa romería en tres días distintos, siendo el más importante el ocho de septiembre. Forman parte en la romería la cofradía de los nueve pueblos de la Merindad.

Trespaderne, que formó parte de la Merindad de Cuesta-Urría hasta finales del XIX, parece tener su origen en el Castillo de Tedeja, importante enclave en los comienzos de la Edad Media. Ha sido descubierto gracias a los denodados esfuerzos de Roberto Fernández Ruiz, que en su inquietud ha creado la «Asociación Socio-Cultural Tedeja». En torno al castillo hubo tres poblados llamados Vielso, Valdeneda y Paderno. A alguno de ellos perteneció la necrópolis de Lajas que existe en este lugar  la ermita de Nuestra Señora de los Godos, citada más arriba. Posteriormente la población se trasladó al otro lado del río, recibiendo este enclave el nombre de Tras-Paderno. Así nació la actual localidad. Poco queda de sus edificios antiguos, entre ellos la Casa-Palacio, edificio del siglo XVIII cuyo último propietario fue el Conde de La Revilla. Actualmente. el edificio está totalmente arruinado; Otro edificio, llamado El Priorato, perteneció a Nuestra Señora de Nájera. También está en mal estado, conservando ricos blasones en la fachada.

Trespaderne tiene una situación estratégica en la entrada al desfiladero de La Horadada, como lo demuestra la riqueza arqueológica que allí existe en la que hay los eremitorios (posiblemente fue una tebaida). No es de extrañar que en este contexto existen leyendas como la de San Fermín o la de !a Batalla de IncinilIas, en cuyo recuerdo se celebra la Romería de la Vírgen de lncinillas o del Negro Día. el veinte de septiembre.

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